El siguiente paso.

En la vida no existen errores, sólo lecciones. Y las lecciones se repiten hasta que nos las aprendemos. Así vamos, por fortuna, aprobando asignaturas pendientes en este camino de aprendizaje al que llamamos vida. Uno recibe beneficios por igual de las equivocaciones como de los aciertos, e incluso me atrevería a afirmar que a veces se aprende más de aquello que no resultó como esperábamos o cómo nos habría gustado que fuera.

Cada experiencia, situación y relación en nuestra vida guarda un propósito. Todos los caminos son válidos y los llamados “errores” están en tu vida para entregarte lecciones aún no aprendidas e importantes para ti, decisivas para tu evolución personal hacia un nuevo espacio de conciencia.

Todos estamos evolucionando. Evolucionar trae implícito la posibilidad de equivocarnos. Perdona y perdónate. De muchas maneras todos somos instrumentos para contribuir y ayudar a la evolución personal de nosotros y los otros. Se trata de aprender, crecer y compartir en este camino hacia un nuevo nivel de conciencia.

Esas experiencias que has vivido están ahí para que despiertes y regreses a ti, al encuentro contigo adentro, a la esencia de quién eres. Una vez allí, desde tu Ser podrás decidir cuál es el siguiente paso, tan sólo eso: un paso… No es necesario tener el plan completo, sólo identificar el siguiente paso.

Se trata de aprender a vivir en el presente, un día a la vez y a veces, un instante a la vez. Practicar de manera consiente el observar y estar completamente presentes. Para comenzar, pon toda tu atención en tu respiración, aunque sea por 1 minuto al día, esto te llevará al presente, a conectarte contigo adentro, aquí y ahora. Cada vez que percibas en ti un estado emocional que te supera, pensamientos rumiantes que provocan agotamiento y desanimo, haz una pausa para regresar a ti, a tu Ser, al ahora.

Dedica tu atención, tu energía y tus pensamientos a la solución en lugar de consumirte en el problema. Evita victimizarte adjudicando la culpa a otros o las circunstancias. No eres víctima, eres el protagonista de la película de tu vida. Cuando buscas depositar la culpa afuera de ti, te estas privando de la posibilidad de aprender la lección que tiene para ti esa situación o esa relación. Culpar a otros y victimizarse nos impide aprender. Y aquello que no aprendes, es casi seguro que la vida se encargará de que vuelva a suceder, porque las lecciones se repiten hasta que te las aprendes.

Es importante trasladar nuestra atención del problema hacia la solución. Comenzando con el final en mente, eso que deseas lograr, explora cuáles son los caminos, opciones y acciones que te llevarán a alcanzar tu objetivo. Del mismo modo reconoce que te lo impide, se honesto contigo. Identifica qué es posible y qué depende de ti. Ocúpate de lo que está en tus manos, la parte que te toca para hacer realidad lo que quieres.

El primer paso es el más importante porque aun cuando no te lleve a donde deseas llegar, te saca de donde estabas y te permite avanzar en la dirección que tú elijas. No siempre se necesita tener el plan completo para lograr aquello que deseas en tu vida. A veces sólo necesitas hacer una pausa, detenerte por un instante para respirar, confiar y dejar ir. Observar qué ocurre dentro y fuera de ti, en ti y en los otros.

Y entonces, desde tu guía interior decidir cuál es el siguiente paso.

El Poder de elegir.

En la vida casi siempre existen personas con las que tenemos una relación complicada y que por alguna o más de una razón, esta no fluye de manera natural. La dinámica de la relación suele ser de muchos roces, tropiezos, malentendidos e interpretaciones, todo lo cual genera malestar y problemas de comunicación. Este tipo de relaciones suele presentarse en cualquiera de los ámbitos donde transcurre nuestra vida: laboral, familiar o nuestro entorno inmediato.

El enojo, la frustración, el malestar, la tristeza, junto a todo el torbellino de pensamientos y emociones negativas que sentimos, no serán nunca un buen lugar desde donde tomar decisiones sobre nuestras relaciones y tenemos altas probabilidades de engancharnos en una batalla de Egos. Los pensamientos negativos provocan en nosotros un torrente de emociones desfavorables que nos hacen sentir muy mal. Cuando estos pensamientos negativos y emociones asociadas nos rebasan, casi siempre reaccionamos desde la trampa del Ego que nos separa, divide y juzga, donde asumimos e interpretamos.

Todos somos capaces de lograr lo que deseamos en nuestras relaciones, al menos en la parte que nos toca, cómo me quiero sentir y cómo quiero estar. Se trata de poner nuestra atención en encontrar soluciones en lugar de entregar nuestra energía al problema. Donde pones tu atención, crece. Tengo la certeza de que cada uno de nosotros ha llegado a este mundo con los recursos necesarios para encontrar soluciones. Contamos con toda la capacidad y los recursos interiores para ser y estar lo mejor posible en esta vida. Dentro de nosotros se encuentran las respuestas que buscamos, sólo tenemos que regalarnos el tiempo, el espacio y el silencio para escucharlas.

Uno no tiene el poder de controlar lo que ocurre en el mundo exterior, cómo son los otros, cómo van  actuar o comportarse en la relación, pero tenemos todo el poder de elegir cómo queremos responder ante cada situación: si vamos a reaccionar en automático desde la trampa del Ego y el torrente de pensamientos y emociones negativas; o por el contrario, vas a elegir las acciones desde tu Ser, esa dimensión interior y profunda en cada uno de nosotros, tu esencia, tu sabiduría y tu paz interior. Se trata de ejercer el poder de elegir.

Podemos comenzar situándonos en la posición de observador, de mí, del otro y de la relación, para analizar de la manera más objetiva posible la situación, lo sucedido, el hecho. Salirnos del torrente de pensamientos, interpretaciones, condicionamientos mentales, lo que hemos asumido y demás trampas de la mente (Ego) con toda su repercusión emocional. Una de las maneras más efectiva para salirnos del torbellino de pensamientos negativos que nos producen sufrimiento, malestar, frustración y enojo, al tiempo que nos permite conectar con nuestro Ser, será concentrarnos en nuestra respiración. Intenta poner toda tu atención por unos minutos únicamente en tu respiración, inhala y exhala despacio de manera muy consciente, esto te sitúa en el momento presente y te ayuda a salir del torbellino de tu mente. Regálate tiempo y distancia para conectar con tu guía interior, tu intuición y desde allí decidir cómo quieres actuar.

Se trata de encontrar tu manera para desprenderte de aquel o aquellos pensamientos que te hacen sentir mal y que decidiste creerte, al mismo tiempo que te conectas con ese espacio dentro de ti de sabiduría y paz, desde donde tomar las mejores decisiones. Lograr identificar cuál es el pensamiento que te provoca esas emociones para cuestionártelo. ¿Es este pensamiento cierto? ¿Puedo estar absolutamente convencido de que esto que pienso es cierto? Qué pasa una vez que decido creerme este pensamiento, ¿cómo reacciono? ¿Cómo sería yo sin este pensamiento?

Intenta observar la situación, lo ocurrido, el hecho sin interpretaciones ni pensamientos asociados. Saber qué es lo que quieres lograr, cómo te quieres sentir, cómo quieres estar. Sin hacer nada más, sólo observar desde tu Ser. Una vez que sepas aquello que deseas lograr, explorar cuál o cuáles serían las opciones para llegar allí, considera al menos más de tres posibilidades. ¿Cuáles son las acciones que mejor te garantizan alcanzar lo que tú quieres en la relación y de la situación? Comenzar con el final en mente y explorar las opciones para lograr lo que deseas.

Se trata de evitar reaccionar en automático para de este modo evitar repetir los viejos patrones y conductas que te llevarán irremediablemente a obtener los mismos resultados. Dejar de engancharnos y encontrar otros caminos y soluciones para lograr resultados diferentes. Cada quien encontrará su manera porque lo que funciona para unos puede que no funcione para otros, porque todos somos diferentes.

Resulta imprescindible encontrar tu manera de ganar tiempo y poner distancia para practicar la pausa que te permite decidir cómo quieres responder y que vas a hacer para lograr aquello que deseas. Se trata de viajar hacia tu interior para conectar contigo, para saber qué quieres y que tus acciones te lleven a conseguirlo. Confía siempre en ti, en tu sabiduría y utiliza tu guía interior. Dentro de ti está desde siempre todo lo que necesitas. Búscalo allí.

Dejar ir… y la fábula del mono.

Cuentan que, en un lugar de África, los cazadores tienen una manera muy sencilla para atrapar a los monos. Van dejando en el camino un rastro de cacahuates y frutas que ya conocen les gusta mucho a los monos. Este camino llega hasta un pequeño agujero en un árbol. Allí depositan el resto de los cacahuates y será donde más tarde atraparán al mono.
El mono va siguiendo el rastro, recogiendo los cacahuates hasta llegar al pequeño hueco en el árbol. Allí introduce la mano y llena todo su puño con los cacahuates que se encuentra adentro. Cuando intenta sacar la mano, no puede al haber cerrado el puño para llevarse los cacahuates con él. Como mantiene el puño firmemente cerrado le resulta imposible sacar su mano por un agujero tan pequeño. El mono lucha y se desespera sin darse cuenta de que para poder liberarse solo necesita abrir su mano, dejar ir. Y así, al no poder comprender que solo tiene que abrir su mano y soltar los cacahuates para ser libre, es apresado por los cazadores.
Cuando escuché esta fábula recordé tantas ocasiones en las cuales nos encontramos atrapados de la misma manera que el mono. Sujetamos con fuerza y nos aferramos a situaciones y relaciones, con nuestros puños firmemente cerrados y en detrimento de nuestro bienestar.
Esta historia llevada al ámbito de los seres humanos y nuestras relaciones ilustra de manera elocuente como en ocasiones no nos damos cuenta de que nuestra liberación y bienestar sólo depende de soltar, de abrir nuestra mano para dejar ir. Desprendernos para dejar de sufrir y liberarnos de todo aquello que nos impide estar bien.
La manera más sencilla de soltar nuestros apegos es a través del profundo compromiso y práctica de conectarnos con el ahora, para vivir, ser y estar en el momento presente. Una de las maneras más utilizada para lograr estar en el ahora es a través de nuestra respiración. Pones toda tu atención en inhalar y exhalar y permaneces así durante unos minutos para de este modo regresar a tu Ser interior en el momento presente. Otra manera es a través de poner concentrarnos en la palma de las manos o la planta de los pies o ambas por unos minutos, hasta que tienes la sensación de estar en plena consciencia del momento presente. Existen otras maneras y cada uno podrá encontrar la suya. Se trata de darnos cuantas cuando no estamos en el presente para regresarnos a él una y otra vez. Estar en el ahora en realidad significa regresarnos de manera recurrente al momento presente. Y el mejor método será siempre el que a ti te funcione.
Cada final es un nuevo comienzo. En lugar de preocuparnos y llenarnos de ansiedad por lo que viene después o qué será lo siguiente, abracemos el momento presente con una actitud abierta y genuina curiosidad, con el propósito de aprender las lecciones que nos ofrece la experiencia o la situación que estamos viviendo. Son lecciones importantes y necesarias para nuestro crecimiento personal, para lograr ser la mejor versión de nosotros mismos, para realizar todo nuestro potencial. Se trata de convertirnos en observadores de nosotros, de todo aquello que vivimos en nuestro interior y de aquello que acontece afuera, en el mundo exterior. Donde quiera que estés, estar completamente allí, viviendo con presencia total esa experiencia para aprender las lecciones que nos ofrece. En esta vida no existen errores, solo lecciones y estas se repiten hasta que nos las aprendemos.
Nuestra vida es como un río, viajamos llevados por la corriente y se trata de aprender a disfrutar en sus aguas. Cuando nos resistimos nuestro cuerpo se tensa y nuestra alma se contrae, nos hacemos pesados y nos hundimos. Naveguemos con confianza y en paz, con nuestra fe y nuestras certezas, fluyendo con el proceso de la vida. Respira, conecta contigo, confía y fluye en paz en la corriente del río de la vida ….viajas en tu río y todo está bien.

selva