Algunas semanas atrás, tuve la oportunidad de pasar un rato de la mañana en sentada en un parque del centro de la ciudad mientras esperaba que una amiga terminara unas gestiones. Me entretuve mirando a las personas que pasaban a mi lado o caminaban a la distancia. Detenerme a observar la vida en general y a las personas que me rodean en diferentes espacios es algo que suelo realizar con frecuencia. De manera natural y espontánea se activa el observador que llevo dentro cuando estoy esperando en lugares públicos. Constato una vez más que existen tantas historias como personas en este mundo, cada quien con su manera muy particular de interpretar la realidad, sentir y actuar. Un universo de personas con necesidades diferentes intentando estar en esta vida lo mejor posible.
Allí estaba yo, mirando a los otros pasar, cruzar la calle, caminar en diferentes direcciones y seguir de largo… con sus vidas. En ese ir y venir interminable de la existencia. Observaba sus rostros y sus gestos e intentaba descifrar algo de su historia personal, sus amores y desamores, sus alegrías y tristezas, aquello que tiene valor para su vida, lo que les importa y cuánto les importa. Porque cada quien sabe lo que carga en su morral.
Siempre he creído que cada persona es un libro y cada vida una novela inédita de su historia personal, un cúmulo de vivencias, experiencias, relaciones, conflictos interiores, lecciones aprendidas y por aprender. Cada uno escribe día a día el libro de su vida, su novela personal. Diferentes miradas y actitudes frente a los mismos temas tan humanos, existenciales y universales. La diversidad en el mundo de las formas y la unicidad en la dimensión espiritual, compartiendo todos una misma esencia de amor, luz y vida. Para al final confirmar una vez más que lo que nos une será siempre más y mejor que aquello que nos separa.
Hermoso
Gracias…
Así es querida. No hay vida pequeña o sin valor. Y creer que la nuestra es más que la de otros, que nuestros problemas o angustias son mayores sería pecar de importancia y falta de humildad. Siempre hay quien nos supera en ambos sentidos. Tan acertada, como siempre en tus observaciones. Aun cuando esperas calmadamente en una esquina. Un fuerte abrazo.
…otro abrazo muy fuerte para ti, Is querida. Se siente muy lindo saber que me acompañas aquí. Besines.
Y sí. Yo suelo armarme tremendas películas en estas observaciones.
Mi lugar preferido en el pasado eran los baños de las discotecas.
Vero querida…ya me gustaría a mi saber sobre todas esas películas que imaginas. El lugar estoy segura que da para mucho y con tu imaginación…todo un derroche de creatividad. Besines.