Religión y espiritualidad…que no es lo mismo ni es igual.

La espiritualidad es el camino interior que le permite a cada persona descubrir la esencia de su Ser. A través de la espiritualidad podemos reconocernos y hacer contacto con nuestra identidad real. Nuestra verdadera naturaleza es la esencia del Ser que reafirma nuestros valores, creencias y fundamentos más profundos, define nuestra existencia y la manera como participamos de la vida. Es fuente e inspiración.

La espiritualidad es parte del proceso de crecimiento interior que vive cada persona, trascendemos al mundo material, nuestro cuerpo, mente y emociones para llegar a un estado de conciencia más profundo, incluyente y superior al estado anterior. Se trata de despertar a una inteligencia y sabiduría interior que nos conecta a una esencia compartida de amor, espíritu y vida a la cual todas las personas y todo lo que existe en este mundo está interconectado. Expresa una verdad profunda, el vínculo entre la condición humana y el mundo espiritual.

La religión es uno de los caminos para llegar a la espiritualidad y no es el único. Conozco muchas personas profundamente espirituales que han llegado allí por caminos diferentes y de manera individual, quiero decir, sin pertenecer a ningún credo o grupo religioso.

Del mismo modo que existen muchas personas para quienes la religión ha sido el camino y el puente para encontrar y vivir su espiritualidad. A través de su religión han podido tener la experiencia directa de Dios en sus vidas, sentir que son una extensión de su espíritu, conectar con su esencia divina e inmortal para ser uno con el Todo. Descubrir, crecer, practicar y compartir la espiritualidad como pilar fundamental de su religión.

También sucede lo contrario. No resulta extraño encontrar personas que pertenecen a una religión sin que por ello vivan ni practiquen la espiritualidad. Personas religiosas, más no espirituales. Viven, comparten y participan solo de la parte formal, la estructura y los  rituales establecidos por la religión sin hacer contacto interior con su Ser ni establecer un vínculo espiritual con el mundo que les rodea.

Estas personas usualmente buscan en la religión un refugio donde disipar sus inseguridades, una guía exterior que les indique el qué y cómo de la vida, instrucciones sobre la manera cómo deberían ser y vivir, a veces llegando a sentirse en una posición de superioridad moral frente a sus semejantes. En la religión encuentran la protección para manejar sus complejos, angustias y temores, se sirven de ella para sentir la seguridad, sostén y apoyo que tanto necesitan.

Este tipo de personas no se limita únicamente a participar en grupos religiosos. Es común encontrarlos en asociaciones y organizaciones de diferente índole. Los podemos reconocer porque se compartan de igual manera un tanto radical y poco tolerante hacia otras ideas, posturas, religiones o grupos. Buscan satisfacer la misma necesidad de seguridad y guía, al pertenecer a un grupo u organización que represente una autoridad confiable que les brinda protección y orientación para sus vidas.

Cada quien está en todo su derecho de pertenecer a las organizaciones, instituciones o religión de su preferencia, cada quien podrá elegir el lugar a donde desea pertenecer y con quienes quiera compartir. Es nuestra responsabilidad buscar nuestro bienestar y satisfacer nuestras necesidades donde cada uno así lo determine. Tu vida es tuya, tú decides cómo y con quienes quieres vivirla y compartirla.

Todo muy bien y muy de acuerdo hasta que nos topamos con aquellos que justificados por sus creencias religiosas se sienten con el derecho a discriminar, invalidar y hacer daño a otros. Algunas de estas personas suelen tomar posturas extremistas y muy identificadas con su Ego, se vuelven fundamentalistas dentro de su religión, grupo u organización, en detrimento de cualquier otro grupo, asociación o religión. Sólo ellos están en lo cierto. Es la postura a través de la cual se expresa el Ego que divide, discrimina, compara, juzga y condena. Nada más ajeno a la espiritualidad que por definición es incluyente pues se sostiene sobre la certeza de que todos formamos parte de una misma esencia, que nos une, comunica y conecta.  La fuente inagotable y permanente de vida, principio creador de amor, compasión, tolerancia, perdón, gratitud y sabiduría.

Somos seres espirituales viviendo una experiencia humana en el mundo material. Parte esencial del proceso es encontrar el equilibrio de nuestra presencia en ambas dimensiones de la existencia. La eterna batalla entre el Ego y el Ser que el Ego se resiste a perder.  Sigue dando la pelea por ganar, alimentándose de nuestra energía negativa para poder mantenerse y subsistir. El Ego como todas aquellas representaciones mentales y falsas identificaciones que nos separa y divide de los demás, nos lleva a juzgar, compararnos, jerarquizar, atrincherarnos y a sufrir.

El Ego se alimenta de nuestro sufrimiento, de nuestro malestar e insatisfacciones expresadas en la forma de pensamientos negativos y quejas, ambos son el combustible que lo mantiene.  Lo que nos lastima y duele no es lo que sucede si no la lectura que le damos.  El Ego interpretando al hecho.

Las lecciones son aprendidas cuando el alumno está listo, en el momento correcto, ni antes ni después. Reconocer y despertar a tu Ser es el resultado inevitable de vivir el proceso de la espiritualidad. Para llegar allí hay muchos caminos, cada quien deberá descubrir y transitar el propio, a su manera, escuchando a su guía interior. De este modo podrá vivir su espiritualidad y no la de nadie más. No hay un camino mejor o peor que otro, sólo diferente. Se trata de encontrar el tuyo porque al final todos los ríos desembocan en el mismo mar.

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5 thoughts on “Religión y espiritualidad…que no es lo mismo ni es igual.

  1. Es un articulo que me mueve a la reflexion y que me ayuda a valorar el desarrollo espiritual que he tenido la fortuna de vivir dentro de mi Iglesia. Desde mi perspectiva no solo me ha ayudado a crecer mi espiritualidad sino también a formar una comunidad y de forjar profundas y grandes amistades. El valor de la religión lo encuentro también en la dimensión social al compartir la fe, los principios y como guía en el crecimiento espiritual y buscando el bienestar de la comunidad.

    • La religión es uno de los caminos para vivir tu espiritualidad y compartir es parte consustancial de la misma. La espiritualidad vivida como el proceso interior a través del cual aprender, crecer y compartir. Vivirlo en comunidad con nuestro grupo y religión para compartir, comunicarnos y vivir la espiritualidad desde nuestro Ser, desde esa esencia interior divina que nos conecta con Dios y con todos.

  2. Al final de tus líneas, me recordaste una frase que: “cuando el alumno está listo el maestro aparece”, y en realidad el gran aprendizaje, cuando el “maestro aparece”, es encontrar que el único maestro de tu vida eres “tu mismo” y sin duda necesitamos con frecuencia que nos ayuden muchos otros maestros para orientarnos cuando andamos perdidos, de tal forma que creo que coincido con tus pensamientos.

    Es importante a mi modo de ver identificar un maestro “perverso” o “mesquino” que es aquel que busca conciente o sin darse cuenta, que dependas de el o de sus enseñanzas; siempre que la enseñanza te lleve afuera de ti, podrás reconocer que no es el maestro que necesitas. La enseñanza debe dirigirse hacia adentro de ti y solo de ti.

    Te mando mil bendiciones

    • Por eso hablo de lecciones y no de maestros. Creo que hay muchas maneras de aprender, a vivir se aprende viviendo y por eso la vida es mi mejor guru. Las lecciones nunca terminan, casi siempre se repiten hasta que las aprendemos y luego la vida nos regala otras lecciones en cada experiencia. Con el propósito de aprender para crecer y compartir. Las respuestas están dentro de nosotros. Nuestro Ser es fuente inagotable de sabiduría y se trata de regresar a ti, adentro. Más bendiciones para ti y los tuyos!

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